La mañana del 9 de septiembre de 2024, el Estado de Morelos fue escenario de un macabro hallazgo, tras el descubrimiento de diez hombres asesinados y abandonados en cuatro puntos distintos. Siete de los cuerpos fueron encontrados maniatados y con de huellas de tortura en el basurero de Loma de Mejía, en el municipio de Cuernavaca. Otros dos cuerpos fueron dejados en las inmediaciones de la autopista del Sol en Temixco, y uno más en Jiutepec.
El gobernador interino, Samuel Sotelo Salgado, confirmó el lamentable suceso durante una ceremonia cívica conmemorativa por las víctimas de los sismos de 1985 y 2017. Durante su declaración, Sotelo relacionó las ejecuciones con la actividad de grupos de delincuencia organizada, mencionando que al menos 16 células criminales operan en la entidad, disputándose el control del territorio.
Uno de los grupos criminales mencionados por el gobernador es La Familia Michoacana, que ha extendido sus operaciones hacia la zona sur de Morelos. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de Cuernavaca, Alicia Vázquez Luna, explicó que la naturaleza de los cuerpos encontrados sugiere que están vinculados a actividades delictivas organizadas.
“Los cuerpos sin vida, atados de manos, podrían ser indicativos de la delincuencia organizada, y es muy probable que haya una conexión entre todos los hechos ocurridos”, declaró Vázquez Luna, quien también confirmó que los nuevos reportes de asesinatos en puntos como Burgos, Temixco y el área cercana a la autopista se están investigando por su posible vinculación.
Ambos funcionarios subrayaron la gravedad de la situación en la región, resaltando que la violencia y el crimen organizado continúan siendo preocupaciones serias para la seguridad pública en Morelos, lo que subraya la necesidad de fortalecer las estrategias de seguridad y justicia en el estado.