El Congreso de la Ciudad de México establece severas multas y sanciones por la venta de alcohol en la vía pública para garantizar el orden y la seguridad ciudadana.
El pasado miércoles, el Congreso de la Ciudad de México (CDMX) aprobó con 62 votos a favor una iniciativa impulsada por el jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, que sanciona la instalación de chelerías en la vía pública. Esta modificación a la Ley de Cultura Cívica tipifica como infracción la venta de bebidas alcohólicas en la calle, exceptuando ferias, romerías o festividades autorizadas.
Las nuevas sanciones son bastante contundentes: quienes instalen chelerías se enfrentarán a multas que oscilan entre 21 y 30 Unidades de Medida Actualización, equivalentes a 2,171 a 3,257 pesos, o bien, arresto de 25 a 36 horas o trabajo comunitario de 12 a 18 horas.
Durante la discusión, la diputada Yuriri Ayala, secretaria de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, destacó que, pese a que el consumo de alcohol es parte de la vida social, es crucial establecer un control adecuado que garantice la seguridad y la salud pública. Ayala justificó la reforma al señalar que la venta de alcohol en lugares no regulados genera violencia, accidentes y perturba el orden público.
A este argumento se unió Royfid Torres del Movimiento Ciudadano (MC), quien subrayó la necesidad de estas reformas, aunque cuestionó la aplicación efectiva de las mismas y la posibilidad de que las autoridades mantengan una vigilancia adecuada.
En el mismo dictamen, el Congreso también votó a favor de penas de seis a doce años de prisión y multas de mil a cinco mil días para los propietarios de establecimientos que continúen realizando actividades ilícitas a pesar de los cierres administrativos.
Con esta nueva medida, la CDMX busca no solo disuadir la venta irregular de alcohol, sino también ofrecer a las autoridades herramientas para controlar efectivamente el comercio de bebidas alcohólicas y, en última instancia, mejorar la calidad de vida en la ciudad.