El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su intención de declarar un estado de emergencia nacional y utilizar el ejército para llevar a cabo una deportación masiva de migrantes a partir de su toma de posesión el 20 de enero de 2025. Trump ha calificado la entrada de migrantes sin visa por la frontera con México como una “invasión”.
En declaraciones recientes, Trump ha acusado a los migrantes de causar problemas en el país, utilizando un lenguaje despectivo y prometiendo “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”. Según Tom Fitton, director de Judicial Watch, Trump está preparado para implementar este programa de expulsiones masivas.
En abril, Trump había declarado que la Guardia Nacional debería poder encargarse de las deportaciones, y si no, utilizaría tropas federales. Aunque la deportación de migrantes ha sido una práctica común en Estados Unidos, un informe del Instituto de Políticas Migratorias indica que la administración de Biden ha llevado a cabo más expulsiones que la de Trump en su primer mandato.
Trump ha delineado varios puntos de su plan, incluyendo invocar la ley de enemigos extranjeros de 1798, sellar la frontera, reanudar la construcción del muro fronterizo y contratar 10,000 agentes adicionales. También busca resucitar el programa “Quédate en México” y eliminar beneficios federales para migrantes.
Organizaciones de derechos humanos expresan preocupación por el futuro de los más de 11 millones de migrantes en situación irregular en Estados Unidos, mientras que economistas advierten sobre el alto costo de una deportación masiva, estimado en 88 mil millones de dólares al año.
Desde su victoria en las elecciones, Trump ha nombrado a Tom Homan como “zar de la frontera”, junto con otros dos funcionarios de línea dura en migración, lo que sugiere un enfoque agresivo en la política migratoria de su próxima administración.
Con información de AFP.