Desde el pasado viernes 6 de junio, se reportaron operativos realizados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en distintos negocios de la ciudad de Los Ángeles, lo que derivó en protestas encabezadas por migrantes y organizaciones civiles.
De acuerdo con los reportes, al menos 45 personas fueron detenidas sin órdenes judiciales, aunque el Departamento de Seguridad solo confirmó la identidad de seis personas originarias de Perú, Indonesia, Honduras, México, Vietnam y Filipinas. Las acciones del ICE se enmarcan en la política migratoria impulsada por el expresidente Donald Trump.
Las manifestaciones iniciaron como una reacción a las redadas y se concentraron en diversos puntos de la ciudad. En Manhattan, Nueva York, también se registraron protestas con un saldo de cinco personas detenidas tras enfrentamientos con elementos de seguridad.
La ciudad de Los Ángeles había sido declarada en 2024 como “ciudad santuario” por el concejo local, lo que impide el uso de recursos municipales para la aplicación de leyes migratorias federales. Activistas y residentes calificaron las redadas como una agresión hacia trabajadores migrantes y bloquearon vías principales como la autopista 101, aunque fueron replegados por elementos de seguridad.
El gobernador de California informó que el gobierno federal desplegó aproximadamente 2 mil elementos de la Guardia Nacional a la zona desde la madrugada del domingo 8 de junio, con el objetivo de intervenir en las manifestaciones. Durante las protestas se reportó el uso de gases lacrimógenos y granadas aturdidoras por parte de agentes federales.
El presidente de Estados Unidos ordenó a la secretaria de Seguridad Nacional, al secretario de Defensa y a la fiscal general tomar medidas para controlar los disturbios. En respuesta, 22 gobernadores demócratas rechazaron el uso de la Guardia Nacional en Los Ángeles, al considerar que se trata de una acción desproporcionada.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló que el fenómeno migratorio no se debe atender con violencia. También, la exvicepresidenta Kamala Harris expresó su preocupación por la estrategia federal.
Las manifestaciones continúan por tercer día consecutivo, en medio de un debate sobre los derechos de las personas migrantes y la respuesta del gobierno federal ante su presencia en ciudades consideradas santuario.