Desde su llegada a México en 1945, el Hospital Shriners Children’s ha transformado la vida de más de 100,000 niñas, niños y adolescentes, brindando atención médica gratuita, especializada y de alta calidad en ortopedia pediátrica, rehabilitación y tratamiento de secuelas por quemaduras.
Establecido en la Ciudad de México como parte de una red internacional sin fines de lucro, el hospital fue el primero de su tipo fuera de Estados Unidos. Su modelo de atención gratuita, dirigido a pacientes de 0 a 18 años sin importar su origen o condición económica, ha sido una respuesta tangible a las desigualdades en el acceso a servicios médicos complejos.
Atención integral con impacto social
Durante ocho décadas, el Hospital Shriners Children’s México ha sido una referencia en cirugía reconstructiva, colocación de prótesis y rehabilitación pediátrica. Su impacto va más allá de las cifras médicas: representa una segunda oportunidad para miles de niñas y niños que enfrentaron situaciones críticas a causa de malformaciones, accidentes o quemaduras severas.
Actualmente, el hospital realiza más de 50 mil consultas anuales y ha mantenido su promesa de atención sin costo, gracias al respaldo de la fraternidad Shriners y donantes comprometidos. En 2024, por ejemplo, se realizaron 477 cirugías reconstructivas y se entregaron 741 prótesis, cifras que reafirman el alcance del programa médico y su compromiso social.
El Dr. Felipe Haces García, director médico del hospital, ha señalado que la misión sigue siendo clara: “Lo más importante es el niño, en segundo lugar el niño, y en tercer lugar el niño o niña”. Esa consigna refleja el enfoque centrado en la infancia que ha definido al hospital desde sus orígenes.
Una red que crece
Además de su sede principal en la alcaldía Coyoacán, en Ciudad de México, el sistema ha extendido su cobertura con clínicas en Monterrey, Guadalajara, Culiacán, Tijuana y Chihuahua, lo que facilita el acceso a valoración y tratamiento a menores de todo el país.
A lo largo de 80 años, el Hospital Shriners Children’s México no solo ha ofrecido atención médica, sino que ha sembrado esperanza en familias enteras, muchas de ellas sin recursos para costear tratamientos complejos. Su permanencia y evolución reflejan la fuerza de un modelo de salud centrado en la empatía, la inclusión y el compromiso con la niñez.